Kólob, la estrella que rige

Perspectiva del Libro de Abraham #17

Una de las contribuciones más destacables del Libro de Abraham es su representación de Kólob (Abraham 3:3–4, 9, 16; Facsímil 2, Fig. 1). Según el Libro de Abraham, Kólob se distingue por las siguientes características:

    • Es una estrella.1
    • Es una “[estrella] mayor” y una “que rige”.
    • Está “cerca de… [Dios]” o “cerca del trono de Dios”.
    • Se usaba para indicar el tiempo relativo (“una revolución [de Kólob] era un día para el Señor, según su manera de contar, que es mil años de acuerdo con el tiempo que le es señalado [a donde está Abraham]”).
    • “[S]ignifica la primera creación, la más próxima a lo celestial, o sea, a la morada de Dios. Primera en gobierno, última en cuanto a la medida de tiempo. La medida correspondiente al tiempo celestial, que significa un día por codo”.

Los Santos de los Últimos Días llevan mucho tiempo interesados en Kólob debido a su importancia doctrinal y potencial cosmológico.2 Las palabras de apertura del preciado himno de los Santos de los Últimos Días “If You Could Hie to Kolob” (Si a Kólob pudieras ir), escrito por W. W. Phelps fue, por supuesto, inspirado por Kólob en el Libro de Abraham.3

En años recientes, impulsados por prometedores descubrimientos en la egiptología y la arqueología del Cercano Oriente, algunos eruditos Santos de los Últimos Días han tratado de situar a Kólob en el mundo antiguo. Aunque todavía hay muchas incertidumbres, algunos puntos a favor de que Kólob es auténticamente antigua, pueden afirmarse con razonable credibilidad.

Primero está el asunto de la etimología del nombre Kólob. Una de las propuestas más comunes es que el nombre deriva de la raíz semítica qlb, que significa “corazón, centro, medio”, y por lo tanto está relacionado con la raíz qrb, que significa “estar cerca, cerca”4 . Esta explicación es tentadora porque funciona bien como un juego de palabras sobre el nombre proporcionado a Kólob dentro del propio Libro de Abraham: “el nombre de la mayor es Kólob [qlb; ‘medio, centro’], porque está cerca [qrb] de mí [es decir, del Señor]” (Abraham 3:3)5 . Sin embargo, el inconveniente de esta teoría, es que qlb como palabra semítica no está atestiguada, sino hasta la época árabe, lo que es considerablemente posterior a los tiempos de Abraham.6 Dicho esto, hay raíces afroasiáticas fundadas en conjeturas que podrían potencialmente colocar esta palabra en los días de Abraham.7

Otra propuesta prometedora es que Kólob deriva de la raíz semítica klb, que significa “perro”8 . Esta teoría ha estado circulando por lo menos desde principios del siglo XX, cuando alguien no Santo de los Últimos Días, llamado James E. Homans (bajo el seudónimo de R. C. Webb), postuló esta idea en 1913.9 Esto, a su vez, ha llevado a algunos a asociar a Kólob con Sirio, la estrella perro.10 Conocida como Sopdet (o Sotis en griego) en el antiguo Egipto, Sirio tenía un significado tanto mitológico como calendárico para los antiguos egipcios. Generalmente asociada con las diosas Isis y Hathor, la estrella Sirio “tenía un papel especial porque su orto helíaco coincidía con el día óptimo del año nuevo egipcio que estaba relacionado con el inicio de la inundación del Nilo”11.

Tanto Sirio como Kólob comparten una serie de características coincidentes, que incluyen:

    • Ambas están asociadas con el trono de Dios.12.
    • Ambas son reconocidas como las “mayor[es]” (probablemente significa: las más brillantes) de las estrellas13.
    • Ambas se representan como las que rigen a otras estrellas.14
    • Ambas están asociadas con la creación.15
    • Ambas son importantes en la medición del tiempo.

Si bien estas convergencias son convincentes, el principal inconveniente de esta teoría es que, hasta donde está actualmente atestiguado, klb (“perro”) parece haber sido utilizado antiguamente para identificar la constelación de Hércules en oposición a Can Mayor (que contiene a Sirio).16 Sin embargo, en el período grecorromano de la historia egipcia (el período al que pertenecen los papiros y facsímiles de José Smith) existe evidencia de que Sirio (Isis-Sotis) fue “representada como un perro grande” 17 , y es posible que esta representación sea anterior a los días de Abraham, aunque este punto es motivo de discusión entre los egiptólogos.18 En este punto, la identificación de Kólob como Sirio es prometedora, pero sigue sin demostrarse.

Una representación de Isis-Sotis montando un perro grande en la tumba 8 de Salamuni en Akhmim, Egipto. Imagen de Venit (2016), 184.

Conceptualmente, la forma en que se describe a Kólob en el Libro de Abraham se relaciona bien con la cosmología del antiguo Egipto. El egiptólogo John Gee, lo explicó de la siguiente manera:

Los antiguos egipcios asociaron la idea de rodear algo (ya sea en el cielo o en la tierra) con controlarlo o gobernarlo, y se usan los mismos términos para ambos. Por lo tanto, el Libro de Abraham señala que “habrá la computación del tiempo de un planeta sobre otro, hasta acercarte a Kólob… Este Kólob está colocado cerca del trono de Dios para gobernar a todos aquellos planetas que pertenecen al mismo orden que aquel sobre el cual estás” (Abraham 3:9; énfasis agregado). Los egipcios tenían una noción similar, en la que el sol (Ra) no solo era un dios sino la cabeza de todos los dioses y gobernaba sobre todo lo que lo rodeaba. La astronomía de Abraham pone al sol, “aquel que ha de señorear el día” (Abraham 3:5), como mayor que la luna pero menor que Kólob, que gobierna el sol (Abraham 3:9). Así, en la astronomía del Libro de Abraham, Kólob, que es la estrella más cercana a Dios (Abraham 3:16; véase también 3, 9), gira alrededor y, por lo tanto, rodea o controla el sol, que es la cabeza del panteón egipcio.19

Mientras que aún quedan preguntas sobre la identificación de Kólob, hay algunas pruebas muy tentadoras que, cuando se reúnen, refuerzan la antigüedad de este concepto astronómico único en el Libro de Abraham.

Otras lecturas

John Gee, “Abrahamic Astronomy”, en An Introduction to the Book of Abraham (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2017), 115–120.

Hugh Nibley y Michael D. Rhodes, One Eternal Round (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 2010), 250–260.

John Gee, William J. Hamblin y Daniel C. Peterson, “‘And I Saw the Stars’: The Book of Abraham and Ancient Geocentric Astronomy”, en Astronomy, Papyrus, and Covenant, ed. John Gee y Brian M. Hauglid (Provo, UT: FARMS, 2005), 1–16.

Notas al pie de página

 

1 El Libro de Abraham tiende a mezclar “estrella” con “planeta”, lo que lleva a algunos Santos de los Últimos Días a hablar de Kólob como un planeta o mundo. Véase por ejemplo Brigham Young, “Territory of Utah: Proclamation, for a Day of Praise and Thanksgiving”, en Journals of the House of Representatives, Council, and Joint Sessions of the First Annual and Special Sessions of the Legislative Assembly of the Territory of Utah (Salt Lake City, UT: Brigham Young, 1852), 166; John Taylor, “Origins, Object, and Destiny of Woman”, The Mormon 3, no. 28 (agosto 29, 1857); Orson Pratt, “Millennium”, The Latter-day Saints’ Millennial Star 28, no. 36 (septiembre 8, 1866): 561; Bruce L. Christensen, “Media Myths and Miracles”, BYU Devotional, noviembre 8, 1994. Aunque es confuso para los lectores modernos, esta combinación tiene sentido desde una perspectiva antigua, como se discute en John Gee, William J. Hamblin y Daniel C. Peterson, “‘And I Saw the Stars’: The Book of Abraham and Ancient Geocentric Astronomy”, en Astronomy, Papyrus, and Covenant, ed. John Gee y Brian M. Hauglid (Provo, UT: FARMS, 2005), 11.

2 B. H. Roberts, A New Witness for God (Salt Lake City, UT: George Q. Cannon & Sons, 1895), 446–448; George Reynolds y Janne M. Sjodahl, Commentary on the Pearl of Great Price (Salt Lake City, UT: Deseret News Press, 1965), 308–312; The Pearl of Great Price Student Manual (Salt Lake City, UT: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2017), 71–73, 78, 81.

3 Himno #284 del himnario actual de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días [en inglés]; publicado por primera vez en 1856 bajo el título “There is No End” (No hay fin), Deseret News (19 de noviembre de 1856), 290.

4 Janne M. Sjodahl, “The Book of Abraham”, Improvement Era 16, no. 4 (febrero 1913): 329; “The Word ‘Kolob’”, Improvement Era 16, no. 6 (abril 1913): 621; Sidney B. Sperry, Ancient Records Testify in Papyrus and Stone (Salt Lake City, UT: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1938), 86; Robert F. Smith, “Some ‘Neologisms’ From the Mormon Canon”, en Conference on the Language of the Mormons (Provo, UT: Language Research Center, Brigham Young Uniersity, 1973), 64; Michael D. Rhodes, “The Joseph Smith Hypocephalus… Twenty Years Later”, FARMS Preliminary Report (1994), 8; “Teaching the Book of Abraham Facsimiles”, Religious Educator 4, no. 2 (2003): 121; Richard D. Draper, S. Kent Brown y Michael D. Rhodes, The Pearl of Great Price: A Verse-by-Verse Commentary (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2005), 289–290; Hugh Nibley y Michael D. Rhodes, One Eternal Round (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 2010), 250–251.

5 The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago, ed. John A. Brinkman et al (Chicago, Ill.: Oriental Institute, 1982), s.v. qerbu; Jeremy Black, Andrew George, Nicholas Postgate, eds., A Concise Dictionary of Akkadian (Wiesbaden: Harrassowitz Verlag, 2000), 288.

6 La palabra atestiguada más cercana en los días de Abraham al árabe: qalb, probablemente sería el vocablo acadio antiguo qabla or qablu (qablītu), que significa “en medio” o “en la parte media”. The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago, s.v. qabla, qablītu; Black, George, Postgate, A Concise Dictionary of Akkadian, 281.

7 Véase Antonio Loprieno, Ancient Egyptian: A Linguistic Introduction (Cambridge: Cambridge University Press, 1995), 32, quien cita la raíz afroasiática reconstruida ḳlb /ḳrb para los cognados egipcios y acadios qꜣb (“interior”) y qerbum (“dentro”), respectivamente; compárese James P. Allen, The Ancient Egyptian Language: A Historical Study (Cambridge: Cambridge University Press, 2013), 35.

8 The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago, s.v. kalbu; Black, George, Postgate, A Concise Dictionary of Akkadian, 142.

9 Robert C. Webb [James E. Homans], “A Critical Examination of the Fac-Similies in the Book of Abraham”, Improvement Era 16, no. 5 (March 1913): 445; cf. Joseph Smith as a Translator (Salt Lake City, UT: The Deseret News Press, 1935), 102–103.

10 Webb, “A Critical Examination of the Fac-Similies in the Book of Abraham”, 445; Joseph Smith as a Translator, 103; Nibley y Rhodes, One Eternal Round, 251–252.

11 Joachim Frederich Quack, “Astronomy in Ancient Egypt”, en The Oxford Handbook of Science and Medicine in the Classical World, ed. Paul T. Keyser y John Scarborough (New York, NY: Oxford University Press, 2018), 62. Véase también Raymond O. Faulkner, “The King and the Star-Religion in the Pyramid Texts”, Journal of Near Eastern Studies 25, no. 3 (julio 1966): 157–160; Richard H. Wilkinson, The Complete Gods and Goddesses of Ancient Egypt (London: Thames and Hudson, 2003), 167–168; Jay B. Holberg, Sirius: Brightest Diamond in the Night Sky (Berlin: Springer, 2007), 3–14.

12 Uno de los epítetos del antiguo Egipto para Sopdet/Sirio fue wˁbt swt o “puro de tronos” en el Texto de la Pirámide 442 (§822a) y el Texto de la Pirámide 504 (§1082d). La imagen del Trono de Dios en los cielos es común en la Biblia (por ejemplo, Salmo 11:4; 103:19; Mateo 5:34; 23:22; Apocalipsis 4:1–2, 5–6).

13 “[Seirios] originalmente se empleó para indicar cualquier objeto celestial brillante y centelleante, pero con el paso del tiempo se convirtió en un nombre apropiado para esta estrella, la más brillante de todas” (Richard Hinckley Allen, Star-Names and Their Meanings [New York, NY: G. E. Stechert, 1899], 120). “Los escritores griegos se refirieron especialmente a Sirio, la estrella brillante de la constelación [Can Mayor]. El nombre se deriva de Seirios, ‘chispeante’. Este término se empleó primero para indicar cualquier objeto brillante en el cielo, y también se aplicó al Sol. Pero después de un tiempo, se le dio el nombre a la más brillante de todas las estrellas” (Charles Whyte, The Constellations and their History [London: Charles Griffin, 1928], 231–232). “[Sirio] es la más brillante de las estrellas fijas… [y] ha sido a lo largo de la historia de la humanidad la más brillante de las estrellas fijas permanentes”. (Robert Burnham, Jr., Burnham’s Celestial Handbook: An Observer’s Guide to the Universe Beyond the Solar System [Nueva York, NY: Dover Publications, 1978], 1: 387, 390). “Entre las estrellas más brillantes del cielo invernal del norte, Sirio es prominente como la estrella principal de la constelación Canis Maior, el latín para el Can Mayor” (Holberg, Sirius, 15).

14 Como “la estrella que sostiene y gobierna el retorno periódico del año” (James Bonwick, Egyptian Belief and Modern Thought [London: K. Paul & Co., 1878], 113) y la inundación anual del Nilo, Sirio (específicamente su manifestación divina como Hathor/Isis) llevaba los epítetos “Dama del comienzo del año, Sotis, Señora de las estrellas” (nbt tp rnpt spdt ḥnwt ḫꜣbꜣ.s) y “Sotis en el cielo, la Mujer Gobernante de las estrellas” (spdt m pt ḥqꜣt n[t] ḫꜣbꜣ.s). Barbara A. Richter, The Theology of Hathor of Dendera: Aural and Visual Scribal Techniques in the Per-Wer Sanctuary (Atlanta, GA: Lockwood Press, 2016), 4n8, 96.

15 Richter, The Theology of Hathor of Dendera, 4n8, 96–97, 173, 185; Holberg, Sirius, 14. Un texto egipcio tardío describe a Sirio como “[la] que creó a aquellos que nos crearon” (r-irqm nꜣ ỉỉr qm.n), convirtiendo a la estrella en el creador supremo, por así decirlo. “Ella es Sirius y todas las cosas fueron creadas a través de ella” (spt tꜣy mtw.w ỉr mdt nb r-ḥr.s). Wilhelm Spiegelberg, Der Ägyptische Mythus vom Sonnenauge (Strassburg: R. Schutz, 1917), 28–29.

16 The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago, s.v. kalbu; Douglas B. Miller y R. Mark Shipp, An Akkadian Handbook: Paradigms, Helps, Glossary, Logograms, and Sign List (Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 1996), 55; Black, George, Postgate, A Concise Dictionary of Akkadian, 142. En sirio, kelb se refiere a Sirio, aunque este lenguaje es posterior a Abraham considerablemente, por lo que es incierto si esta identificación se remonta a la Edad Media de Bronce en formas protosemíticas anteriores. R. Payne Smith, A Compendious Syriac Dictionary (Oxford: Clarendon, 1903), 215.

17 Wilkinson, The Complete Gods and Goddesses of Ancient Egypt, 168; Marjorie Susan Venit, Visualizing the Afterlife in the Tombs of Graeco-Roman Egypt (Cambridge: Cambridge University Press, 2016), 183–184, 186, 192–193; Catlín E. Barrett, Egyptianizing Figurines from Delos: A Study in Hellenistic Religion (Leiden: Brill, 2011), 187–189.

18 Barrett, Egyptianizing Figurines from Delos, 187; Laszlo Kakosy, “Sothis”, en Lexikon der Agyptologie, ed. Wolfgang Helck y Eberhard Otto (Wiesbaden: Harrosowitz Verlag, 1986), 5:1115.

19 John Gee, An Introduction to the Book of Abraham (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2017), 116–117; compárese Kerry Muhlestein, “Encircling Astronomy and the Egyptians: An Approach to Abraham 3”, Religious Educator 10, no. 1 (2009): 37–43.